A veces sientes el amor a primera vista y otras veces se construye poco a poco, con el tiempo y con pequeñas cosas del día a día. A veces lo dejas todo y te vuelves loco y otras veces maduras las ideas y navegas por mundos que son imposibles de explicar.
Y otras veces es un poco de todo eso, como lo que me pasó con esta receta. ¿No os ha pasado que de vez en cuando sentís una necesidad de chocolate y vas y te encuentras con una maravilla morena como esta?. ¿Un poco como de cupido te lanza una saeta y ya no te puedes librar del “aquí te pillo y aquí te mato”?.
Pues eso, que sobran las explicaciones. Al ver la receta en la web de no solo dulces, supe que tenía que ser mía. Dicho como con pasión.
Lo único malo que ahora la llevo conmigo. Se ha agarrado a mi cintura y no me deja deshacerme de ella. ¿Será por que la amo?