Resulta que tenemos por casa un libro que se llama la repostería de los conventos, donde aparecen recetas de origen sin certificar, en el que está incluida ésta de hoy, este bizcocho llamado pan de pascua que nosotros hemos adaptado para conseguir un bizcocho jugoso y esponjoso, de esos de acompañar tés y cafés en las meriendas o sobremesas de estos días.
Y es que no solo de roscón de reyes vive el hombre en Navidad. O de Panettone. A veces apetece engañar a la vista con cosas diferentes y esta trenza de hoy tiene un resultado muy vistoso.
La experiencia (la poca que tenemos) nos ha hecho cambiar la fermentación para conseguir un resultado muy esponjoso sin tener que hacer doble levados. Un reposo rápido y levar tras formar son la clave para que se llene la bandeja del horno. El amasado, como siempre que tiene mantequilla, si vas a hacerlo a mano es un poco durillo, pero con la amasadora que tengas, va perfecto.
Ahí va:
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